Ministerio Pastoral
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Blog de Estudios

(Mateo 13:32)

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 1

Una semilla es a la vez sencilla y compleja. Es tan sencilla que puede ser sembrada por hombres primitivos o niños tiernos.

Aun los animales y las aves pueden sembrar una semilla por casualidad y crecerá. Al mismo tiempo una semilla es tan compleja que nunca podrá ser entendida completamente por el hombre mortal.

El científico puede disecar y examinar una semilla sin descubrir el germen de la vida. Aun el microscopio más poderoso no puede detectar dentro de esa semilla la dulzura de un melón, la hermosura de una flor, o la resistencia de un árbol gigante y alto.

El Todopoderoso creó las hierbas y las plantas con la capacidad de reproducirse. Las primeras plantas vivas fueron creadas por El, y de allí en adelante brotaron de la semilla producida por esas plantas vivas. Hoy en día la tierra está llena de hierbas.

Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero. Génesis 1:11–13.

En Su parábola de la Semilla de Mostaza el Señor dijo que la semilla de mostaza era la más pequeña de todas las semillas. ¿Es ésta una declaración claramente errónea puesto que botánicamente la semilla de mostaza no es la más pequeña? Antes de decidir precipitadamente, recuerde que esto fue dicho por Jesucristo, y si El pronunció una mentira, ¿cómo pudiera El ser impecable?

Esta no es simplemente una pequeña discrepancia de los hechos; si la declaración es cierta, entonces comprueba algo acerca de quien la hizo, y esto se convierte en un asunto doctrinal serio. No se puede separar esta historia de su consecuencia doctrinal.

Pero ¿cómo debemos entender las palabras del Señor? Una sugerencia bien declarada por Trench hace años es esta: Esta semilla, cuando se arroja a la tierra es la “más pequeña de todas las semillas” palabras que a menudo han dejado a los intérpretes perplejos, ya que existen muchas semillas más pequeñas, como la de la amapola o la ruda.

Pero no vale la pena hacer dificultades de esta clase; es suficiente saber que “pequeño como un grano de mostaza” era una expresión proverbial entre los judíos usada para algo sumamente pequeño (Lucas 17:6). El Señor, en Su enseñanza popular, se adhirió al lenguaje popular” (R. C. Trench, Notes on the Parables of our Lord [New York: Revell, n.d.]. p. 91).

Te espero en la conclusión de este interesante tema en el siguiente blog. Grandes Bendiciones.

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