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Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 2

Los profetas del Antiguo Testamento lo predijeron y anticiparon como el Mesías, mientras que los profetas del Nuevo Testamento lo predicaron y proclamaron como tal (Ap. 19:10b).

Toda la Biblia señala a Cristo. La profecía es la proclamación poderosa en el Espíritu, de la Palabra viva, que es el mensaje de la Palabra escrita. El resultado del ejercicio del don profético es la edificación, la exhortación y el consuelo, como indica Pablo (1 Co. 14:3).

Según esta interpretación, se puede definir el don de profecía como la capacidad dada por el Espíritu para proclamar la Palabra escrita de Dios con claridad y aplicarla a una situación particular, con miras a la corrección, la exhortación o la edificación.

Esta comprensión de la profecía es bíblica, evangélica, y acertada en sus afirmaciones, pero no es completa, como veremos más adelante.

La Biblia enseña que Dios se comunica con nosotros de múltiples maneras. Dios habla de manera general a todos los hombres y mujeres a través de la creación (Sal. 19:1, 2). Dios habla también a través de la conciencia (Ro. 2:14, 15). Además, Dios nos habla a través de su providencia continua (Hch. 14:17).

No obstante, Dios se comunica con nosotros de manera más directa a través de su palabra escrita. La Biblia no es sólo el registro escrito de sus hechos redentores, sino también la revelación autoritativa de quién es él y de qué manera nosotros podemos tener comunión con él.

En este sentido, la comunicación definitiva de Dios está en su Palabra encarnada, Jesucristo, de quien dan testimonio las Escrituras. En él podemos encontrar la palabra final de Dios para nosotros.

No obstante, en Cristo, Dios tiene todavía muchas cosas para comunicarnos, especialmente aquellas que están relacionadas con nuestro testimonio cristiano de todos los días.

Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, vemos a Dios hablando a sus hijos de maneras dramáticas, a veces sorprendentes, a través de profecías, sueños y visiones, impresiones interiores, ángeles, lenguas e interpretaciones de lenguas, entre otros medios.

El don de profecía, que Pablo menciona en 1 Co. 12:10, es un método de la comunicación de Dios, que está recibiendo un gran énfasis en la iglesia contemporánea.

Desgraciadamente, ha habido descuidos, malentendidos y equivocaciones en la comprensión y ejercicio de esta manifestación del Espíritu Santo.

Es por ello por lo que hace falta un profundo estudio de la enseñanza bíblica y una sincera aplicación del don de profecía, a fin de que la iglesia sea edificada, según es el propósito de este don.

Por otro lado, están quienes interpretan las profecías como un don sobrenatural del Espíritu Santo, que consiste en la habilidad especial dada por Dios a miembros del cuerpo de Cristo, para recibir y comunicar un mensaje directo de Dios a la congregación, a un grupo de ella o a un individuo, mediante una transmisión ungida por Dios.

Este tipo de interpretación ve al don de profecía de la misma manera que ve a los demás dones del Espíritu, es decir, como un don sobrenatural.

Estoy muy agradecido por el tiempo que usted se tomó para leer este blog, Grandes Bendiciones.

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