Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 1

Cada uno de nosotros estamos viviendo esta Pandemia (Covid-19), de diferentes maneras, ¿podría ser en que parte del mundo vivimos si llego esta pandemia a la curva más alta o si recién empieza?, ¿otra seria nuestro nivel de educación para entender lo que está ocurriendo a nuestro alrededor?, ¿probablemente por la inseguridad laboral?, ¿tenemos un seguro de salud?, o ¿tenemos ahorros para imprevistos?, y poder afrontar esta crisis que nos está golpeando a todos y en todas las áreas de nuestra vida.

Pero lo más importante es ¿cómo me encuentro hoy en mi área espiritual?, ¿cómo individuo y como familia?, que tan difícil es aceptar esta realidad, si estoy cumpliendo y aplicando con todo lo que he aprendido de la Palabra de Dios que es la Biblia en mi vida, o si solo antes que esta pandemia llegara, asistía a la iglesia para cumplir con un compromiso.

Esta realidad se está revelando en nuestro ser, en nuestros hogares, si estamos conviviendo en paz, amor y armonía como un buen esposo (o) e hijos, soy un buen samaritano ayudando al necesitado que se encuentra muy golpeado o simplemente camino más rápido.

Y nos alejamos con temor para no ayudarlo, porque pensamos que nos vamos a contagiar, o posiblemente aparecerá otra persona y lo ayudará, con estas acciones refleja nuestro compromiso no con la casa, familia e iglesia, sino con nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

En las noticias, se escucha que la violencia intrafamiliar se aumentado un 80%, y esto es alarmante, los suicidios están al orden del día, y la falta de trabajo nos está llenando la cabeza de pensamientos nada éticos y anti bíblicos, por la desesperación de no tener con que alimentar a nuestra familia.
Será que estamos confiando más en nuestras propias fuerzas, y no en nuestro Señor y Salvador Jesucristo que en su palabra nos enseña en el Evangelio de Mateo capítulo 6 versículos 25-26: 25 Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Nos hemos dejado llevar más por nuestras emociones que por nuestra fe, en donde está el amor, a la familia al prójimo, hemos privilegiado más a nuestro orgullo y egoísmo y es lamentable decir que en este tiempo que ha pasado a ganado más la carne que el espíritu.

Es necesario repasar estas preguntas, para encontrar las respuestas en nuestro siguiente blog.

Síguenos en nuestras redes sociales...