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La manera de la justificación
Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.
Parte 1
Ser justificado significa ser declarado justo con respecto a la ley de Dios, basado en el hecho que Cristo sufrió en nuestro lugar toda la condenación que la ley impone sobre el pecador. Pero este don de justificación no es regalado en forma automática a todos los pecadores. Antes es dado solamente a los que tienen la necesaria y correcta manera de recibirlo. ¿Qué es esta manera ordenada por Dios de recibir la justificación?
Uno de los mayores asuntos en juego aquí es la relación entre la fe y las obras y la relación de cada uno con la justificación. ¿Somos justificados por la fe aparte de las obras (Romanos 3:28), o es que somos justificados por las obras y no por la fe solamente (Santiago 2:24)? Cómo responder a esta pregunta correctamente es un punto de desacuerdo entre los cristianos, y nos toca responder aquí.
Obras, condiciones y manera
Nos toca clarificar el concepto de manera. Para hacerlo debemos explicar cómo es la relación entre la manera, las obras y las condiciones. En el sentido más amplio, las obras de una persona incluyen cualquier cosa que hace como sujeto o autor de la obra o hecho.
Esto incluye obras o hechos mentales internos como las obras físicas y externas. En este sentido, la fe en sí es una obra, según Juan 6:28–29: “Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”.
La gente preguntaba a Jesús lo que podrían hacer que sirviera como una obra deseada por Dios con el fin de agradarlo. En su respuesta, Jesús aclara que la obra que Dios desea es que ellos crean en él como el Mesías. Entonces en el sentido amplio de “una cosa que hacemos”, aun la fe es una obra.
Pero esto no es la connotación que se aplica al término “obras” en el resto del Nuevo Testamento, y especialmente en las escrituras de Pablo y Santiago. Esto es evidente en que ambos escritores separan la fe de la categoría de las obras (Romanos 3:28; Efesios 2:8–9; Santiago 2:18–26).
Entonces las “obras” en estos contextos obviamente tienen otro significado. Sugiero que un pasaje clave que nos ayuda a entender este significado es Romanos 3:28: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”.
La segunda parte de este texto dice literalmente, “aparte de obras de ley”. Algunos entienden esto como la ley de Moisés, pero éste no es el caso. Aquí como en otros sitios del mismo contexto (Romanos 3:19–21), “ley” (NOMOS) se refiere a cualquier código de ley impuesto sobre la humanidad como criaturas del Creador soberano. “Obras de ley” entonces se refiere a cualquier respuesta de la criatura a la ley del Creador. Romanos 3:20 utiliza la misma expresión en el mismo sentido, literalmente: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él”.
Para ser más preciso, una “obra” (obra de la ley) en términos de Romanos 3:28 se refiere a cualquier respuesta a las leyes del Creador, para el bien o para el mal, que sea obra de obediencia o desobediencia.
Espero que este blog, sea de gran bendición, estoy muy agradecido por el tiempo de dedica para leerlo, los espero en la conclusión de este importante tema.