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Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 1

Algunos lectores no tienen ninguna dificultad en reconocer que el Nuevo Testamento se refiere al Señor Jesús con frecuencia como el hijo de Dios. Lo que muchos no reconocen, sin embargo, es la fuerza con que la expresión hijo de Dios es usada con referencia a Cristo.

El testimonio de las Escrituras con respecto al uso de la expresión hijo de Dios con referencia al Señor Jesús no puede ser más claro.

En el momento del bautismo del Señor, según el relato de Mateo, … he aquí que los cielos fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi complacencia, Mt. 3:16–17.

Indudablemente la voz que fue escuchada por el bautizador fue la del Padre Celestial quien se refiere a Jesús, llamándolo mi Hijo, el amado.

Es evidente que la expresión «mi Hijo amado», usada en Mateo 3:17 y 17:5, guarda una relación muy estrecha con el Salmo 2:7, donde Jehová dice: Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres Tú; Yo te he engendrado hoy.

La referencia a Jesús en el Salmo 2:7 es confirmada por los escritores del Nuevo Testamento El énfasis en dicha expresión tiene que ver con la relación especial entre Jesús y el Padre.

No sólo el Padre Celestial reconoce al Señor Jesús como el Hijo amado, sino que el mismo satanás está consciente de esa relación.

Teólogos de persuasión liberal sostienen que el Señor Jesús nunca se refirió a sí mismo como el Hijo de Dios ni que tal concepto figuró en proclamación pública del Señor.

Los eruditos contemporáneos, siguiendo a Rudolf Bultmann, afirman que la expresión Hijo de Dios, usada con referencia a Cristo entró a formar parte del vocabulario cristiano en etapas.

Primero, fue usada por la comunidad palestinense que a su vez la había copiado de la tradición judía.

Luego pasó a formar parte de la predicación de la iglesia gentil helenística quien usa dicha expresión para referirse a la naturaleza de Cristo de la misma manera que la mitología griega concebía a sus titanes como seres mitad divinos y mitad humanos.

Sin embargo, un examen de las Escrituras no muestra apoyo de clase alguna para tal concepto. Por el contrario, el Nuevo Testamento enseña que Jesús estaba consciente de Su relación con el Padre Celestial como Hijo de Dios.

La enseñanza indiscutible del Nuevo Testamento es que el uso de la expresión Hijo de Dios con referencia a Jesús es un título de Su deidad.

Estimados hermanos deseo que estas pequeñas palabras de este blog nos ayuden a entender lo que en realidad es el Hijo de Dios, los espero en la conclusión de este interesante tema.

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