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Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 1

En la primera parte de esta serie, la doctrina del conocimiento medio fue expuesta y explicada en sus propios términos. Su principal preocupación es reconciliar la soberanía del albedrío divino y la libertad del albedrío humano insertando un tercer momento lógico entre el conocimiento natural de Dios y el conocimiento visionario, en el cual Dios supuestamente sabe lo que cada criatura haría libremente en cualquier circunstancia posible.

Se argumenta que, al ordenar libremente un mundo particular con un conjunto particular de circunstancias en las que Dios prevé lo que la criatura haría libremente, se preserva la integridad tanto del albedrío divino como del albedrío humano.

En lo que sigue, la fidelidad bíblica del molinismo será evaluada desde una perspectiva autoconsciente y confesionalmente reformada. Por lo tanto, hay que preguntarse: ¿Qué tan bíblico es el conocimiento medio?

Esta cuestión probablemente no se resolverá por motivos puramente exegéticos. Se buscará una respuesta más definitiva evaluando algunos de los presupuestos teológicos divergentes sobre Dios que se encuentran detrás de estas importantes discusiones exegéticas.

Y como veremos, las presuposiciones que uno se ve obligado a hacer sobre Dios para afirmar la necesidad, y coherencia, de un así llamado conocimiento medio de Dios en el Molinismo, son inconsistentes con el Dios de la Biblia que sólo “es lo que es”; y es todo lo que Él es en si mismo (Éxodo 3:14).

Conocimientos medios evaluados

¿Qué tan bíblico es el conocimiento medio? Hay diferentes maneras de abordar esta cuestión. Podríamos refutar el molinismo desde una perspectiva exegética y hermenéutica, y otros lo han hecho competentemente, pero también podemos abordar la cuestión evaluando la fidelidad bíblica y confesional histórica de algunas de las presuposiciones metafísicas implicadas en la posición molinista.

En lo que sigue, evaluaremos tres de estas presuposiciones metafísicas. Con respecto a las dos primeras, se argumentará que la solución propuesta por los defensores del conocimiento medio presupone una visión antibíblica y, por lo tanto, incoherente de Dios.

En cuanto al tercero, el aspecto confesional, se argumentará que el problema en sí mismo, y mucho menos la solución propuesta, asume igualmente una visión no bíblica de Dios y, por lo tanto, debe ser rechazado desde el principio.

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