Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios
Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.
Parte 1
Dios nos ha dado la capacidad de temer con un propósito sano, tal como nos ha dado todas las demás emociones para un uso apropiado. Las emociones nos ayudan a honrar y servir a Dios.
Gracias al miedo sano, podemos escapar de muchos accidentes y peligros que destruirían a la mayoría de nosotros antes de llegar a ser adultos.
Lo que estoy reflexionando aquí son aquellos temores irracionales, que nos asedian de manera espontánea, o los temores suficientemente racionales en sí, pero que llegan a dominar todo momento del día.
Estamos hablando de aquellos miedos que no puedes olvidar, los cuales te impulsan a hacer muchas cosas que ni quieres hacer de hecho, el miedo puede apretar tanto que en ocasiones te puede parecer que es una fuerza externa a ti que te ha tomado cautivo.
Debido a los temores, algunas personas han cambiado trabajo. Otros se han pasado a otro lugar del país. Otros se han encerrado en sus casas sin salir más, o han matado, o se han internado en asilos.
Por miedo a los gatos, o a puentes, o a ascensores, u a otras personas algunos han desarrollado estilos de vida que son raros e infructuosos.
Sí, me dices, Tú comprendes mi problema. Tú entiendes la tortura que soporto cuando la mano helada del terror agarra mi corazón. Tú sabes cuánto miedo siento con tan sólo pensar en mis miedos.
Pero ¿me puedes ayudar, estos miedos son tan fuertes, que me pregunto si hay algún poder que los podría alejar de mí, haría cualquier cosa para sacar este monstruo de mi vida.
Sí, hay esperanza, pero tu esperanza nunca se hallará en los esfuerzos tuyos para alejar el miedo. De hecho, cuando tú dices, haría cualquier cosa, estás mostrando evidencia de que tienes una actitud muy contraria a la que se necesita para librarte de los temores.
Primero lo primero, permíteme explicar algunas cosas aquí desde el comienzo. Primero que todo, nunca debemos decir haría cualquier cosa.
Dios no nos permite pensar así. Él es quien nos dice lo que debemos hacer en cualquier circunstancia de la vida, y es por eso por lo que nuestra actitud siempre debe ser haré cualquier cosa que Dios quiere que haga.
Hay personas que harían literalmente cualquier cosa para librarse de sus temores. Es por eso por lo que se mudan de casa, o se encierran para no ver a nadie.
Pero ninguna de estas cosas es aceptable ante Dios, porque no toman en cuenta a Dios ni su voluntad.
De hecho, el resultado es que sus miedos aumentan sencillamente porque su actitud es moldeada por el miedo y dominada por el miedo.
Una persona que actúa con base en disposiciones formadas por el miedo ¡nunca puede conquistar el miedo! La persona que dice que “haría cualquier cosa” ya se ha rendido al temor mientras habla.
Hablar de esta forma es pensar de esta forma. Y pensar así es pensar con miedo, y así aumentar los temores.
Gracias por leer este pequeño blog, y los espero en la conclusión de este interesante tema Bendiciones.