Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 2

En la página web de anuncios de la iglesia se podía leer “Cristo es la respuesta”.

Al lado, alguien había añadido: “Sí, pero ¿cuál es la pregunta?”. ¿Y si, de todos modos, buscar respuestas no es siempre lo más adecuado?
Una gran parte de nuestro mundo moderno está centrada en encontrar respuestas.

Nuestra mentalidad tecnológica ve el mundo como algo que podemos comprender y controlar. Tendemos a considerar la vida desde el punto de vista de preguntas que deben ser contestadas, de problemas que deben ser solventados; sobre nuestro dolor y sufrimiento espiritual, sentimental y económico con sus y causas y efectos.

Sin embargo, justo después, muy acertadamente pone en cuestión este punto de vista tan común, y continúa diciendo:

Hoy en día, somos cada vez más desconfiados respecto a este enfoque. Estamos descubriendo que hay “problemas” en la vida del ser humano para los que no hay “soluciones”. Debemos preguntarnos si acaso no necesitamos nuevos modelos para entender nuestra situación humana.

El enigma de la responsabilidad divina se resuelve finalmente en una cuestión de comunicación. He aquí algunas de las interrogantes más significativas, que nos incumbe resolver:

¿Es cierto que Job nunca supo el origen de su mal, ni durante ni después de su sufrimiento? ¿Hizo bien en defender a ultranza su causa, expresando con vehemencia su perplejidad ante la aparente injusticia divina? ¿Quién es Eliú?

Ese misterioso personaje que aparece al final del libro y reprende duramente a Job, ¿es el portavoz de Dios, o el eco más sutil y terrible de la acusación satánica?

Finalmente, ahí están los dos discursos de Jehová. ¿A quién responde en el primero? ¿Defiende a Job, o se suma a los que hablan contra él? ¿Contesta Dios las preguntas de Job, o sencillamente ignora los grandes interrogantes planteados por su siervo?

El libro de Job es un libro de sabiduría, y como tal, ilumina la vida y la experiencia del hombre con inusitada relevancia práctica y espiritual.

¿Ha temido el lector la desaprobación de Dios? ¿Se ha sentido solo ante los conflictos irresolubles de su alma? ¿Ha anhelado alguna vez liberación y vindicación? ¿Ha luchado con el dilema de su propia conciencia ante los hechos imborrables de su vida? ¿Ha vacilado entre la voz de la razón y la insistente y equívoca voz de la duda?

¿Sabe distinguir entre la convicción de Dios y la implacable acusación del enemigo?

Si ello es así, el libro de Job tiene mucho que decir. Sobre todo, nos introducirá en el sufrimiento de Uno mayor que Job, paradigma universal del substituto padecimiento divino y humano, Jesucristo, nuestro Defensor y Salvador.

Aquel que, abandonado por Dios y por los hombres, llevó hasta sus últimas consecuencias la desnuda fe en Dios.

Ha llegado el momento de acompañar a Job en su peregrinaje por el valle de la sombra de muerte en busca de la luz de Dios. Si compartimos su lamento, haremos nuestro también su canto victorioso.

Si le acompañamos en su dolor, nos adentraremos en el misterio de la voluntad de Dios. Si aprendemos a ser sensibles a sus palabras, nos acercaremos al umbral de un lugar sagrado.

Que nuestro Señor y Salvador Jesucristo Bendiga grandemente su vida y la su familia, los espero en el siguiente blog y recuerde Salmo 62:7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

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