Ministerio Pastoral
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Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 2

Tenga presente que gobernar algo no se refiere a la dominación o al control ilegítimo.

El abuso que hace la humanidad del término gobernar a través de las dictaduras y de las relaciones abusivas ha distorsionado el llamado legítimo a que los hombres gobiernen bajo el soberano gobierno de Dios y de acuerdo a sus principios.

En todo juego, como puede imaginarse, si el equipo de árbitros no dictamina correctamente, surge un fuerte clamor no solo de las tribunas o de los televidentes, sino también de los jugadores y los entrenadores.

Se produce un reclamo en respuesta al caos que se desata en el campo: el clamor para que los árbitros gobiernen bien.
Si escucha con atención, es posible que oiga el clamor pidiendo que los hombres del reino también gobiernen bien.
Puede escucharlo en el caos cultural, que provoca un ruego que se eleva desde los hogares, las escuelas, los barrios, las comunidades, los estados y desde cada alma exhausta afectada por la ausencia de los hombres del reino.
Nunca ha estado nuestro país o nuestro mundo frente al precipicio de la adversidad con una necesidad tan extrema de que los hombres respondan al reclamo de gobernar bien.

Está en todas partes. Es fuerte. Está en el latido de cada niño que nace o que crece sin un padre, en los sueños de cada mujer que son ahogados por un hombre irresponsable o descuidado, en cada esperanza sofocada por circunstancias confusas, en el alma solitaria de cada mujer soltera que busca alguien con quien valga la pena casarse, y en cada iglesia y comunidad desprovistas de contribuciones masculinas significativas.

Si el equipo de árbitros se quedara parado en los márgenes y nunca dijera nada sobre lo que está ocurriendo en el campo, el público no se dirigiría a los jugadores que están cometiendo las infracciones para preguntarles por qué están desobedeciendo las reglas.

Los hinchas mirarían a los árbitros y les reclamarían: ¿Dónde están? Salgan de ahí y hagan algo.

Es debido a que el equipo en el campo de juego, todas las batallas serían un caos desde el momento en que se lanza la moneda, lo que llevaría a la pérdida de motivación, interés y orden.

Como hombre que anhela el reino, el cielo le ha encargado a usted que gobierne en la tierra usando una camiseta diferente.

La suya es una camiseta hecha con otro tipo de tela, porque usted representa a un reino diferente en esta batalla.

Y como representante del Rey, el propósito que tiene usted es mucho más elevado que simplemente uno personal y causa impacto en una esfera mucho más amplia de la que usted se pueda imaginar.

Como un hombre del reino, hay mucho más para usted de lo que quizás se haya dado cuenta.

Estero tener sugerencias suyas para escribir en este Blog, Grandes Bendiciones

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