Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios
Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.
Parte 2
A partir de estas consideraciones esenciales crece un totalmente nuevo concepto de lo que realmente es el hogar. Es la primera manifestación de la autoridad de Jesús, la más hermosa y quizás la más simple cada miembro de la casa, reconociendo ese reinado supremo, descubrirá su relación con los demás, ennoblecida y purificada a medida que viven en el Gran reino de su amor.
Cada uno dispuesto a ceder sus intereses personales para alcanzar el máximo bien, sin nadie deseando gratificarse a sí mismo a expensas de otro, en la propia abnegación, la ley individual alcanza la paz general y la plenitud, que hacen del hogar, lo más sublime y lo mejor.
Entonces la manifestación de la belleza del reino de Jesús en la realización de sus bienaventuranzas en el hogar es el supremo deseo del bien de cada uno y de todos, la bendición personal también es alcanzada, y cada vínculo sagrado en el hogar se vuelve en sí mismo más encantador y satisfactorio, porque la misión de Cristo entre sus discípulos efectivamente se está logrando, y no la destrucción de los más altos y nobles ideales.
El verdadero gozo y belleza en el hogar es conocido solamente por aquellos que son discípulos sencillos y fieles a Jesús.
3. Qué gloriosa imagen de un verdadero hogar se presenta en estos escritos del apóstol Pablo! Un hombre quien, por las razones más sublimes, nunca conoció la alegría de tal vida, sin embargo, entendió su belleza, y si usted considera las diferentes palabras que escribió en sus epístolas sobre la verdadera posición y el deber del esposo, de la esposa, del padre, del hijo, del amo y del esclavo, observaría el panorama completo de la perfecta vida en el hogar. Echemos un vistazo a los puntos principales:
a. Considérese primeramente la relación entre esposos, y la de los padres frente a los hijos ¿Habrá algún otro ideal más maravilloso que este? Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
Eso es amor verdadero, absoluta auto abnegación, cada uno dominando sus pasiones por el bien supremo y la mayor felicidad de la esposa. Qué imposible es, en tal amor, que existan los mil pequeños descuidos que estropean la vida de las mujeres, llenándolas de decepción.
Cuan imposible también, es la existencia de la brutalidad egoísta que a menudo convierte el hogar en algo más parecido al infierno que al cielo. Repite: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; y esto solo puede ser obedecido cuando el esposo está amando con el amor del Señor. Cuando esto sucede, es fácil mirar cuán bellamente se lleva a cabo la verdadera visión del amor de la mujer, como aquello que encuentra su máxima manifestación en la sumisión.
La revelación de los escritos de Pablo acerca de la relación de padres a hijos es una reforma notable y urgentemente necesaria en estos días. La cual es responsabilidad del padre. Es él el indicado para educarlos; y nótese cuán tiernamente esto debe de ser realizado, no por métodos que provocarán ira, sino en “disciplina y amonestación del Señor”.
b. La posición del hijo debe estar guiada completamente solo por una mentalidad de obediencia. Cuán glorioso y tierno pensamiento es este. Implica una autoridad que guía tiernamente en la vida a través de la responsabilidad de pensar y planear, y que, además, establece el progreso hacia la perfección, en el contexto de una claramente definida y evidente dirección.
Qué gran provisión es esta quizás nunca la alcancemos a comprender hasta que lleguemos a nuestro destino final. En medio de las luchas de la vida, con sus recurrentes crisis, cuando estamos tan confundidos sobre qué camino debemos tomar, anhelamos nuevamente los días de la infancia, cuando podíamos preguntarles a nuestros padres qué hacer, y sabíamos con certeza que, si obedecíamos, estábamos haciendo lo que complacía al Señor. Esa perspectiva de la obediencia como la tierna provisión del Señor para nuestra seguridad y desarrollo, siempre podrá ser presentada a nuestros queridos hijos espirituales. Qué responsabilidad conlleva para nosotros los padres establecer nuestras leyes hacia ellos derivadas solamente del Rey.
La creación de verdaderos hogares cristianos es la espléndida posibilidad del discipulado joven. La cuestión del matrimonio reside sobre esta base. La unión matrimonial en yugo desigual de un discípulo con un no creyente es uno de los asuntos más desastrosos para la iglesia y para el mundo. No debería existir siquiera alianza entre dos creyentes a menos que la voluntad del Señor se revele con tanta claridad sea inconfundible.
El hogar cristiano ideal, siempre debe tener una puerta abierta para dar la bienvenida a las personas sin hogar de nuestras grandes ciudades, para que su atmósfera de amor pueda ayudar a proteger y formar la vida de estos, gracias por llegar hasta aquí espero que este blog sea de Bendición para cada uno de ustedes y sus familias.