Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios
Cuidado Pastoral
Escrito por: María Suyapa Morazan BThS.
Funciones del cuidado pastoral
En el libro: “Pastoral Care in Historical Perspective”, Clebsch y Jaekle nos ayudan para poder ver al cuidado pastoral desde un punto de vista macro. Identificaron cuatro funciones pastorales distintas y consistentemente operativas durante siglos en la iglesia. Estas cuatro funciones del cuidado pastoral, o el cuidado de las almas, son los siguientes:
Sanar: La restauración de una persona a una condición de integridad con la suposición que la restauración alcance también un nuevo nivel de penetración espiritual y de bienestar.
Sostener: El ayudar a una persona que sufre, a tolerar y sobresalir de alguna circunstancia cuando la restauración a su condición anterior o la recuperación de su malestar es imposible, o tan remoto, que parece improbable. Normalmente, la acción sostenedora emplea como medio la conmiseración compasiva y trata de lograr un crecimiento espiritual, aguantando las experiencias inesperadas, dañinas o peligrosas. Tal vez, la forma más común para sostener es la que usa el ministerio pastoral con los que están en duelo.
Guiar: El asistir a las personas para que puedan hacer selecciones con confianza, entre cursos alternativos de pensamiento y acción cuando tales selecciones puedan afectar al estado presente o futuro del alma.
Reconciliar: El buscar el restablecimiento de las relaciones rotas entre los hombres y entre el hombre y Dios. La reconciliación emplea dos maneras enfáticas de operación que llamaremos el perdón y la disciplina. Clásicamente, el cuidado pastoral cristiano ha usado el perdón en el acto sacramental de la confesión, la cual tiene como meta enmendar la vida y restaurar las buenas relaciones con Dios y con nuestro vecino. De otra manera, la disciplina sirve como modo de reconciliación al poner a las personas distanciadas en situaciones en que las buenas relaciones puedan restablecerse.
Cualidades personales en el ministerio pastoral
Existe una palabra que lo resume todo: SIMPATÍA, hay mucho sufrimiento en el mundo y muchos de los miembros de nuestras iglesias, sufren por diversos motivos, por eso nosotros tenemos que desarrollar la capacidad de simpatizar con estas personas, de lo contrario no estaremos cuidando de ellas como pastores.
1. La sencillez: Debemos aprender a ser mansos y humildes de corazón, esto quiere decir que debemos ser sencillos, no debemos engañar a nadie, nuestro Sí debe ser Sí, y nuestro No debe ser No; vivir una vida sencilla, tener un corazón sencillo como nuestro Señor Jesucristo.
Debemos mantener la sencillez en todo momento, sin excepciones; el ministro ha de mostrarse siempre sencillo y accesible, nunca con aires de superioridad porque se nos cierran las puertas de acceso.
2. El buen trato: Hay que tratar a cada persona como individuo, así como un médico no puede dar la misma medicina a todo el mundo, nosotros debemos dar a cada persona un trato especial.
3. Discreción: Es algo privado, tanto los pastores como los médicos recibimos información muy privada y, sin embargo, he oído a pastores usar, para sus sermones, casos muy íntimos que les confiaron como secreto pastoral.
4. La imparcialidad: Nadie debe acusarnos de favoritismos, podemos tener amigos porque todo el mundo necesita de ellos, pero debemos tratar a todos por igual, ser imparciales en todo.
La salud física del ministro
Se dan casos de pastores y ministros que, por no cuidar su salud, no pueden servir al Señor, o le sirven mal. La Biblia nos habla del cuerpo: “Sabiendo que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido” (Ro. 6:6); Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional; (Ro.12:1). Para mí es solamente otra indicación de que el apóstol pone en alta estima la función del cuerpo en la vida del cristiano. (1 Cor. 3:24-27; 6:19).
Aspectos que hay que cuidar para proteger la salud física del ministro
La alimentación: Siempre la Biblia nos dice que hay que usar la templanza en nuestra manera de comer. Muchos comen poco, y otros comen mucho; pero comiendo mucho o poco debemos tratar de tener en nuestra dieta algo de todo. Es necesario tener una dieta balanceada. Además debemos evitar condimentar los alimentos, los condimentos afectan el estómago y pueden causar úlceras. Como es lógico, un pastor no puede servir a su Señor con todo su vigor, estando enfermo. También debemos evitar el comer mucho pan dulce porque engorda a la persona.
El capítulo 4 del libro: “La Brújula para el ministro Evangélico”, escrito por Abraham Hernández, nos dice que no debemos pasar por alto el ayuno como un factor importante para la salud. El ayuno ayuda a eliminar las toxinas que se acumulan en el cuerpo; y que producen algunas de las enfermedades más comunes como la artritis, la arterioesclerosis, el reumatismo, entre otras enfermedades. Pero, no debemos abusar del ayuno para evitar las consecuencias.
EL DESCANSO: Todos sabemos las consecuencias que el cansancio físico puede causar; irritabilidad e ineficiencia en las próximas tareas. Como estudiantes sabemos que el cansancio puede provocar grandes problemas en los estudios. También, por causa del cansancio, se pueden originar accidentes. Los conductores que manejan por miles y miles de kilómetros, sin tener descanso, provocan accidentes.
EL EJERCICIO CORPORAL: Debemos practicar el ejercicio, pero hacerlo con toda regularidad.
De vez en cuando no es suficiente. Hay peligro en comenzar a hacer ejercicios vigorosamente sin acostumbrar al cuerpo poco a poco.
LA VISTA: Debemos cuidar la vista, tenemos solamente dos ojos. Podemos vivir sin uno de ellos; pero es difícil vivir sin los dos. Es necesario pasar revista del oculista por lo menos una vez al año.
LA VOZ: Todos necesitamos usar la voz, pero especialmente los ministros ya que necesitan usar la voz diariamente. Por eso debemos cuidarla y no forzarla. Es conveniente curar nuestras gargantas si están enfermas.
EL RECREO: Es como una medicina para el organismo debemos cultivar alguna actividad; en nuestras actividades existen algunos pasatiempos que son buenos y nos ayudan a descansar, pero hay que recordar que todas las cosas en exceso son malas y debemos evitarlas.
LA ALIANZA DE LOS BUENOS HÁBITOS: Debemos cuidar de nuestra apariencia física, conservando nuestro cuerpo bien limpio, usando un buen desodorante, llevando la ropa bien limpia y planchada, demostrando de esa manera que somos ministros del Señor, con una apariencia muy buena. Existen malos hábitos, como por ejemplo, el de hurgarse la nariz, hacer ruido con las llaves dentro del pantalón, hablar con la boca llena, poner codos sobre la mesa y otros. Todo esto debemos evitarlo porque somos ministros del Señor y todo el mundo nos está observando, además debemos presentar al mundo un cuerpo saludable, bien limpio porque la gente primero nos mira y luego habla de nosotros, y si tenemos mala presentación podemos bloquear nuestra relación.