Ministerio Pastoral
Universidad Cristiana Logos
Blog de Estudios
Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.
Parte 2
Pero, seguidamente, no lo avives tan sólo considerándolo y analizándolo, sino usándolo en la práctica. Hablamos mucho sobre trabajar, pero trabajar es mejor que hablar sobre trabajar. Ponerse manos a la obra y hacer algo para ganar almas y extender la gloria de Dios en el extranjero es infinitamente mejor que planearlo y reunir comités.
Basta ya de palabrerías; vayamos a los hechos concretos. Ninguno de nosotros sabe qué puede hacer hasta que lo intenta. El que ha hecho una cosa se sentirá capaz de hacer dos; haciendo dos será capaz de completar cuatro. Tras lograr las cuatro, pronto pasará a doce, y de doce a cincuenta, y así, creciendo en múltiplos ampliará su poder para servir a Dios utilizando la capacidad que tiene.
¿Te cansa eso? ¿Te parece que mi tema se parece demasiado a la salvación por medio de las obras? Nada podría estar más lejos de mi pensamiento. No estoy hablando ahora sobre la salvación en absoluto, ni me dirijo a aquellos que están buscando la salvación. Te hablo a ti, que ya has sido salvo por la gracia de Dios.
Eres salvo, y en ese sentido todo está hecho. Descansas en la obra completa de Cristo. ¿Debería parecerte duro en algún momento ser avivado para servirle? ¿Es posible que puedas considerar que cualquier servicio para él es duro? No temeré insistirte una y otra y otra vez que uses los dones que están en ti para servir en la práctica a un Maestro tan precioso.
Y luego, además de usar nuestro don, todos nosotros deberíamos tratar de mejorarlo. Necesitamos una raza de cristianos inteligentes, no una raza afectada de fanfarrones de la cultura; presumidos mentales que pretenden saber mucho y no saben nada.
Necesitamos estudiantes esforzados de la Palabra, versados en teología.
Cada uno de nosotros debería ser un estudiante y un aprendiz, tratando de adquirir mayor destreza para resultar útiles, así como para ser edificados nosotros mismos en nuestra santísima fe. Dedicaos a la lectura, el estudio y la oración. Creced mental y espiritualmente. Enseñas a una clase y lo haces bien, pero ¿acaso no podrías hacerlo mejor si supieras más? Apolos no se avergonzaba de que le enseñaran, y tampoco el más exitoso de los trabajadores debe avergonzarse de aprender. Mejora tu don, porque esa es una forma de avivarlo.
Y luego ora por tus dones. Esa es una bendita manera de avivarlo, acudir ante Dios y desplegar tus responsabilidades delante de él. En mi propio caso a menudo clamo diciendo: “Señor, me has dado esta congregación, y resulta difícil hablar con afecto, prudencia y valentía a todos, de manera que nadie se quede sin ser advertido, ayudado o enseñado.
Estoy muy agradecido por el tiempo que han dedicado a la lectura de este blog Grandes Bendiciones