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Blog de Estudios

Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.

Parte 2

Los problemas del pecado, el castigo del pecado, el nacimiento físico, la rectitud referente del hombre, el carácter de Dios, y la posición del hombre en Adán fueron todos resueltos por la obra de Cristo en la cruz. La eliminación de la barrera se llama reconciliación.

Recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre (muerte espiritual) de Cristo.

Porque Él mismo es nuestra paz (εἰρήνη, eirene), quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados, contenidos en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz (eirene), y para reconciliar (ἀποκαταλλάσσω, apokatallasso) con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad. (Ef. 2:12-16). Varias palabras griegas comunican la doctrina de la reconciliación. καταλλάσσω (katallasso) significa reconciliar, cambiar a alguien de un estado de hostilidad o enemistad a un estado de paz.

La forma intensificada de este verbo, apokatallasso, también significa reconciliar al pasar del estado caído original de muerte espiritual al estado exaltado de salvación eterna. Dios es siempre el sujeto de estos dos verbos él es la fuente de la reconciliación y el hombre es el receptor de la reconciliación.

Así como la propiciación es el lado de la cruz dirigida hacia Dios, la reconciliación es el lado de la cruz dirigida hacia el hombre. La reconciliación abarca todo lo que Cristo hizo en la cruz para eliminar la barrera para la humanidad.

No hay nada que el hombre pueda hacer para eliminar la barrera entre él y Dios. Jesucristo ha hecho toda la obra. Dios es propiciado; el hombre es reconciliado. Una tercera palabra, eirene, se traduce como «paz». La paz mundial entre las naciones (Is 2:4) no fue la misión de Jesucristo durante su Primera Venida.

En este versículo, paz enfatiza los resultados de la obra salvadora de Cristo en la cruz: la eliminación de la barrera entre nuestro vino a proveer la paz entre Dios y la humanidad, sus enemigos (Ro 5:10); Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo (2Co 5: 19a).

Esto no significa que todo el mundo esté universalmente salvado, sino que todos pueden ser salvos. El pecado ya no es la cuestión; la cuestión es Cristo. Donde una vez estuvo la barrera, ahora está Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre (1Ti 2:5).

Nuestra tarea como embajadores de Cristo es proclamar el glorioso mensaje de reconciliación; Cristo ha resuelto el problema del pecado (1Co 15:3-4) y ha hecho la paz entre el hombre y Dios.

Gracias por su tiempo en leer esta conclusión del blog, y espero que sea de Gran Bendicion es sus vidas y ministerios.

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