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¿Cómo podemos estar seguros del Señor Jesús?
Escrito por: Rubén Posligua Morales MSc.
Parte 1
Nosotros no podemos obligar a nuestro Señor Jesús a que cumpla nuestros deseos como si fuera el genio de la lámpara maravillosa, aunque la gente lo intente constantemente. Este hombre parece tener un gran egoísmo, así que cada uno elige aquello que le sirva para demostrar que está de su parte.
En todos los lugares de la tierra tener al Señor Jesús de tu parte se considera como algo bueno; pero no al Señor Jesús único, sin adaptar ni domesticar, sino a la versión revisada del Jesús que encaja dentro de nuestra religiosidad, de nuestra plataforma política o de nuestro estilo de vida.
Es curioso que, de entre las personas que no siguen a Jesús como su Señor y Dios, casi ninguna quiera decir nada malo sobre él. Lo mismo ocurre con las cruces: son bonitas para lucir como joyas, pero nadie quiere morir en una.
Las únicas cruces que quiere la gente son las sujetadas. Por tanto, tiene sentido que resulte peligroso creer en un hombre que supuso toda su vida para morir en una cruz.
Podemos conocerlo como él era y es de verdad. Cómo podemos llegar a conocer a una persona que vivió en la tierra hace dos mil años, uno que afirmó haber resucitado de entre los muertos con vida indestructible y que, por consiguiente, vive hoy.
Algunos dicen que no se puede. El Señor Jesús verdadero está enterrado en la historia, dicen, y no podemos tener acceso a él. Otros no son tan suspicaces. Creen que el relato bíblico de la vida del Señor Jesús es fiable, y que sus primeros intérpretes, como el apóstol Pablo, son más dignos de confianza que los críticos de hoy en día.
Pero cómo podemos estar seguros de que el retrato bíblico de Jesús es verdadero. La gente sigue dos caminos en busca de tierra firme bajo los pies de la fe. Uno es el camino de la concienzuda investigación histórica para probar la autenticidad del relato histórico.
Yo seguí ese camino durante mis años de formación en el seminario, en mis estudios de postgrado y en el tiempo en que doy clases en la universidad.
A pesar de los desafíos que experimentó mi fe durante estos años, la convicción de que existían buenas razones para creer en los documentos del Nuevo Testamento relativos al Señor Jesús nunca se debilitó.
En la actualidad disponemos de una gran cantidad de libros muy interesantes tanto eruditos como populares que dan apoyo a esta convicción.
Hoy continúo preparándome para brindar los mejores conocimientos a los estudiantes en la universidad y pastoreando. Todavía le doy valor al camino de la investigación histórica académica.
De hecho, me apoyo en ella con frecuencia. Sin embargo, me doy cuenta de que la gran mayoría de las personas del mundo nunca tendrá ni el tiempo ni las herramientas necesarios para rastrear todas las pruebas de la fiabilidad histórica del Nuevo Testamento.
Si el Señor Jesús es el Hijo de Dios, si murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos, y si nuestro Padre Todopoderoso. tenía la intención de que la gente, dos mil años después, tuviera una fe bien fundada, entonces tiene que haber otro camino, aparte de la rigurosa investigación histórica académica, que nos lleve a conocer al verdadero Jesús.
Grandes Bendiciones para cada uno de ustedes, que siguen con su lectura y tiempo para este blog, los espero en la conclusión de este tema tan importante.