Ministerio Pastoral
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Blog de Estudios

Escrito por: Nancy Carrillo

Este trabajo de estudio tiene como propósito primero, reflexionar en la presente situación ante una amenaza sin precedentes en nuestra generación, el segundo exponer las tareas pastorales que se llevaron a cabo durante y después de la pandemia COVID-19, las maneras en que los pastores enfrentamos las crisis en nuestras iglesias y las estrategias efectivas para salir adelante y afrontar los conflictos que las iglesias afrontaron durante este tiempo.

Finalmente, considerar cuales serían los próximos pasos que cada pastor e iglesia deberán tomar para ya sea sobrevivir a la pandemia o salir victoriosos de ella, con muchas o algunas lecciones aprendidas que pueden llevar a los miembros de su congregación a conocer a Dios de manera más profunda, madurar espiritualmente y encontrar su legítimo lugar en el cuerpo de Cristo.

En palabras de Thom S. Rainer, hay que ir “de regreso al pasado antes de moverse al futuro” (Rainer, 2020, p.39) Antes de iniciar cualquier plan de acción, por muy exitoso que este parezca, hacer lo que hizo Nehemías es la mejor estrategia. Pocos ejemplos de liderazgo son tan renombrados y considerados como el de Nehemías, y por qué es esto? Porque hizo precisamente las cosas en el orden correcto, según lo describe la Biblia en Nehemías 1:4 “… Nehemías se sentó y lloro e hizo duelo por algunos días…” lo que le dio la oportunidad de concentrarse en lo que realmente es importante y buscar dirección, la mejor: El Señor.

Las iglesias hispanas en Estados Unidos, han enfrentado muchos retos, entre los cuales figuran la inmigración constante de familias, diversidad de culturas y lenguajes, metodología de la predicación, nuevas tendencias tecnológicas, etc… Pero en el año 2020 un nuevo reto se sumó a la larga lista de desafíos pastorales, este es la Pandemia del COVID-19 y sus estragos a nivel eclesiástico, financiero y social.

Ningún seminario ni universidad ha preparado a los pastores para enfrentar dicha “nueva norma”, y por muy preparada que la iglesia estuviera en cuanto a los retos anteriormente mencionados, de una u otra manera, todas las iglesias enfrentaron una crisis de la cual era necesario aprender y sobresalir.

Tanto los nuevos miembros como aquellos con liderazgo y experiencia profunda en la vida cristiana, fueron confrontados con la realidad de una nueva norma de conducta y expectativas, quizá la manera en que cada uno lo ha confrontado ha sido distinta de lo que nos imaginábamos como pastores.

Me llama mucho la atención la lectura sugerida del texto: Donde esta Dios en un Mundo de Coronavirus por John Lennox, en el cual el autor hace referencia a un artículo de C.S. Lewis sobre la forma en que debían responder los cristianos ante la existencia de las armas atómicas, pero Lennox hizo una adaptación para darle un enfoque relevante a nuestra presente situación, he decido añadir parte de ese artículo aquí porque considero que nos ensena que como cristianos nuestra perspectiva de las crisis debe ser diferente de la perspectiva que tiene el mundo que no conoce a nuestro Dios.

“Si todos vamos a ser destruidos por una bomba atómica [coronavirus], Que no nos encuentre apiñados como ovejas asustadas, pensando en bombas [virus] que ciertamente pueden destruir nuestro cuerpo (un microbio puede hacerlo), pero no deben dominar nuestra mente.”

Por lo que entiendo de esta lectura y este párrafo en particular es que, aunque como seres humanos en esta tierra estamos influenciados por lo que escuchamos y vemos, las noticias negativas en su mayoría, los comentarios de gente que está pasando por momentos difíciles, etc., nuestra mente debe sostenerse en la fe en el Señor y la confianza en que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Con esto en mente, ¿cuál debería entonces ser nuestra posición?

Vienen a mi mente muchas preguntas que quizá en este momento no tienen respuesta segura, los retos son tantos y las opciones de ayudar a nuestra gente tan pocas y escasas. ¿Cuál debería ser la posición de la iglesia? ¿Ayuda social? ¿Tomar el punto de vista social y alimentar al necesitado? ¿Ir a los hospitales y casas aun cuando las autoridades nos digan que debemos quedarnos en casa?

Creo que estamos en un momento estratégico como pastores, por un lado, tenemos la oportunidad de modelar una fe absoluta a lo que Dios nos está diciendo y llamando a hacer como iglesia, por otro lado, quizá sea el momento de modelar que respetar y obedecer a nuestras autoridades es igual de necesario que orar por ellas. Durante esta pandemia he sido testigo de varios pastores con sus iglesias enteras que han desafiado lo que las autoridades han dicho y se han reunido afirmando que Dios les ha dicho que deben ser valientes y no temer al virus, así que reunirse a pesar que las autoridades dicen que no deben hacerlo es lo que “hay que hacer” porque “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Aunque no queremos actuar como ovejas apiñadas y asustadas, tampoco queremos desafiar sin necesidad a un sistema de salud ya establecido que trabaja para nosotros también y que nuestro único deber en este preciso momento es el de buscar el bienestar común.

La función de la iglesia ha sido siempre la misma, la de permanecer proclamando la verdad a pesar de las circunstancias. Sin lugar a dudas estas circunstancias no tienen precedente para mi generación (generación X) mucho menos para las generaciones más recientes, sin embargo tenemos que reconocer que tampoco es algo nuevo y que la iglesia ha sobrevivido a situaciones incluso más duras que estas, entre ellas la persecución y la violación de sus más básicos derechos. Que tiene de nuevo el Coronavirus? El coronavirus nos confronta a todos con el problema del dolor y el sufrimiento (Lennox, 2020, p.20) y muchos de nosotros ya no estábamos preparados para algo semejante.

Quizá nuestra sociedad tan actualizada se ha desensibilizado ante el sufrimiento de otros, esta situación nos pone de frente con la realidad que para muchos es totalmente desconocida, estamos ahora encerrados y lo único que entra en nuestra casa es lo que nosotros permitimos por medio de “las redes sociales” y nos toca como familia individual decidir a que le permitimos entrada.

Cualquier cosa que encuentra espacio en nuestros dispositivos electrónicos tendrá una influencia en lo que decidimos hacer con nuestro tiempo y nuestro dinero, de tal manera que es más fácil invertir tiempo en casa que ver el servicio a la hora usual o incluso… traer el diezmo a la iglesia, porque para efectos de las antiguas generaciones, dar el diezmo por internet no cumple las características descritas por Malaquías 3:10 “…traed los diezmos al alfolí” asi que se hace necesario no dar diezmos ni ofrendas, aun cuando la iglesia debe permanecer disponible para cada uno de los “asistentes” virtuales.

¿Qué se ha puesto de manifiesto con esta pandemia? Qué aprendemos de la iglesia y de la Biblia lo que conviene y aplicamos por igual… lo que conviene. Podemos decir que la pandemia ha sido una desventaja para la iglesia, yo creo que por el contrario, únicamente ha puesto de manifiesto lo que por mucho tiempo los pastores y ministros no hemos querido ver, “que ni son (cristianos) todos los que están, ni están todos los que son (cristianos)”, que en los momentos difíciles es cuando se conocen quienes están a bordo del barco y realmente corriendo con la visión que Dios ha dado a la iglesia.

Debo agregar que la bibliografía recomendada en este curso fue muy útil, no sabía que tanto se había escrito acerca de esta crisis, está claro que hay mucha creatividad tomando lugar en medio de la misma crisis, tantos libros, artículos, notas y mensajes, que es difícil escoger cual es más acertado o útil en este momento.

Sin embargo, las palabras y consejos de Andrés Panasiuk fueron muy estratégicas y además aplicables a prácticamente cualquier crisis, aun cuando se ha basado en la presente situación en que estamos viviendo. “Cinco Cosas que Si Ayudan a Vencer una Crisis” ha sido en particular un capitulo muy útil para mí como madre, esposa y pastora. La primar cosa: Operar por Principios, definitivamente establece un fundamento para la manera en la que podemos enfrentar la crisis en general. Los principios son algo que nos sostienen, especialmente cuando nuestro fundamento esta en Dios ya que los principios cristianos son inamovibles y permanecen a pesar del tiempo y las temporadas, en palabras de nuestro Señor Jesucristo que nos asegura: “mis Palabras no pasaran” Mateo 24: 35, sabemos que podemos confiar que así será.

En una nota un poco más personal y humana, el consejo de Andrés Panasiuk “Invertir en nosotros mismos es una de las mejores cosas que podemos hacer” (Panasiuk, 2020, p.119)

El autor asegura que podemos perder muchas de nuestras posesiones materiales como casa, carro y hasta el crédito, pero lo que llevamos en la cabeza siempre lo habremos de tener con nosotros, lo cual es cierto y aprovechar este momento de crisis quizá sea el mejor momento, no poniendo de lado que podría ser un momento difícil para concentrarse y pensar en el futuro cuando hay otras cosas que están a la mano y que resultan de mayor importancia o hasta en condición de emergencia.

Aun así, creo que Panasiuk señala un excelente punto que puede hacer la diferencia para muchos de nosotros, como dice un dicho en mi país Guatemala, “a Dios orando y con el mazo dando” para denotar que al lado de orar y pedir a Dios que indudablemente es la primera cosa que hay que hacer, también debemos agregar nuestra parte de la responsabilidad al hacer “lo que nos toca”, lo humanamente posible para que Dios haga lo imposible.

He disfrutado bastante la lectura del libro de Andrés Panasiuk y aunque veo que el tema es bastante relevante, también puedo decir que las circunstancias y retos de los pastores en este país son bastante particulares, al reto del coronavirus debemos agregar el hecho de que nuestras iglesias hispanas batallan con problemas en cuanto al acceso a servicios de salud ya que muchos de nuestros hermanos en las congregaciones son inmigrantes, el temor a caer en un hospital es real y trae la pregunta obligada de, ¿cómo puede ayudarnos Dios y la iglesia en una situación tan desesperada?

Cuando hemos acostumbrado a nuestra gente a que el pastor debe venir a verme al hospital a “imponer manos” en los enfermos, nuestras iglesias han dependido de la palabra y en empuje de los pastores para continuar, y no que eso sea malo, pero en una crisis como esta, eso juega en contra de los que son “emocional y espiritualmente dependientes” del líder y el pastor de la iglesia.

La crisis más grande que enfrentamos en estos momentos no es el coronavirus, es que no estábamos preparados para ir directamente a Dios, y pedir por salud, seguridad, la crisis más grande es que nuestra iglesia en Estados Unidos está tan acomodada y depende del hombre y en muchos casos no de Dios. Diría que no ha sido solo el pulpito lo que se nos movió, como lo expone Thom S. Rainer, se nos ha movido la iglesia completa, las sillas, los bancos, las expectativas y las exigencias a la iglesia como institución, ahora ya no hay quien nos de la palabra a cucharaditas, ahora ha llegado el momento de buscar por cuenta propia.

No se ha movido únicamente el pulpito, se ha movido el terreno que muy tranquilamente pisábamos sin darnos cuenta que era “tierra santa” y quizá muchos no nos hemos quitado el calzado por completo, tuvo que venir el Señor a movernos la tierra para que observemos donde es que en realidad estamos parados. Empezando por el pastor y terminando por cada uno de los que cada domingo esperamos que el “show continúe” y que sea otro el que haga la obra.

Como último tema en este discurso, pero no menos importante, es importante mencionar que los tópicos discutidos en nuestra última clase fueron de bastante utilidad a mi crecimiento personal.

Temas específicos que me gustaría destacar son: Las 6 Necesidades del Pastor y Áreas de atención para la Iglesia.

El tema de las 6 necesidades del pastor: mentores, confrontadores, motivadores, intercesores, discípulo, amigo; fue un tema bastante relevante e interesante para los que ejercemos funciones pastorales. Aunque este es un tema que tiene muchas más tela que cortar, la manera en la que la expuso el profesor fue muy humana y con “pies en la tierra”, dejando claro que tiene vasta experiencia personal y por lo tanto autoridad espiritual para ensenar este tema, me llama la atención la humildad del profesor al exponer con tanta gracia y paciencia tópicos tan espinosos como la necesidad de tener confrontadores como parte de nuestro equipo de personas que nos rodean y nos ayudan a crecer como pastores.

Me parece que a muy poca gente le gusta ser confrontado, especialmente cuando se está en una posición de autoridad. Fue muy útil para mí tener el punto de vista de otros estudiantes y ministros en este aspecto, pues confrontar no es lo mismo que pelear, pero si es la manera en la que podemos resolver problemas y cambiar actitudes. Desde mi punto de vista, en nuestra cultura hispana, no siempre es fácil confrontar, debo agregar que como guatemalteca, tenemos la fama de que nos gusta quedar bien con todo mundo y confrontar no es precisamente la actividad más fácil, no solo en la función de pastor, si no en muchas áreas de nuestra vida social, personal y profesional. Considero que agregar estos puntos en esta serie para pastores fue una excelente decisión.

La necesidad de tener mentores, es muy importante tema también, no importa cuántos años tengamos en el ministerio, siempre tendremos la necesidad en primer lugar de seguir aprendiendo y luego de ser dirigidos y apoyados.

El cristianismo es cuestión de interdependencia y no necesariamente de independencia, Jesús mismo nos ensena que nos necesitamos unos a otros, El nunca anduvo solo haciendo ministerio, sus momentos solitarios eran para orar y estar a solas con el Padre, pero dejando de lado ese hecho, Jesús siempre estuvo rodeado de gente, ya sea capacitando o ensenando. Esto nos lleva a la necesidad de hacer discípulos, no solo como parte del mandato y gran comisión de “id y hacer discípulos” Mateo 28:19, si no como parte del legado cristiano que es parte de nuestro propósito para que la obra crezca y continúe.

Ese el método y sistema que Jesús enseno y nos dejó dicho que deberíamos establecer para alcanzar a otros. Quizá la palabra legado ya no se vea tan interesante como antes, opacada por la palabra líder y comunicador, “influencer” ha resultado ser más importante y más llamativo que “discipulado”, pero el influencer es solo eso, alguien que tiene cierta influencia y solo por un tiempo, mientras que el discipulado tiene el poder de cambiar la vida de alguien, su futuro y sus generaciones. Discipular es nuestra manera de llegar más allá, de alcanzar a otras generaciones y hacer de este mundo un lugar mejor, con el discipulado seguimos literalmente los pasos de Jesús.

A propósito, he dejado de ultimo el tema de las áreas de interés: Discipulado, Visibilidad en la Comunidad, Autoridad y Cultivarse. Dentro de estas áreas de interés, considero de vital importancia en estos momentos de crisis social y de salud que la iglesia debe tener visibilidad en la comunidad más que nunca. Ahora es cuando la iglesia tiene la oportunidad de brillar como la luz en las tinieblas que siempre ha sido, ir a donde esta el necesitado y el solitario, el que pasa por situaciones difíciles.

La pregunta obligada ahora mismo es ¿si nuestra iglesia desapareciera hoy, lo notaria el vecindario? ¿La comunidad? ¿Cuál sería el impacto de nuestra ausencia? Ser una iglesia grande no es necesariamente la meta de nuestro discipulado ni de nuestros servicios el día domingo, pero el demostrar la obra de Dios en medio de nosotros si lo es.

Mi pregunta personal es, ¿cómo nos hacemos visibles? ¿A qué tipo de visibilidad nos referimos? Quizá es aquello para y por lo que nos hacemos conocidos en nuestra comunidad, sería interesante saber qué es lo que realmente la comunidad piensa de nuestra iglesia. Me llama la atención cuando veo a una iglesia llena de gente que viene de otros pueblos cada domingo, pero no los vemos durante la semana, y pregunto ¿qué hacen en sus comunidades? ¿Cómo ayudan? ¿Qué dicen sus vecinos de ellos?

En conclusión, creo que cada persona debe ir a la iglesia en la que se sienta más cómodo, no importa si es lejos o cerca, pero donde encuentre su propósito. Pero si salta la duda de por qué ir tan lejos cuando se puede estar localmente y hacer una diferencia.

Si se está creando un discipulado con las tres características mencionadas en este curso: 1) general y sistemático 2) especializado 3) personalizado, no cabe duda que el impacto en la iglesia misma y en la comunidad podrá fácilmente verse con el tiempo. Ser creativos es la necesidad a la mano en estos momentos, cuando nuestros templos están cerrados y enfrentamos un alto nivel de incertidumbre acerca de que va a pasar de aquí a una semana, un mes, incluso meses.

La iglesia puede cambiar mucho en tan pocos meses, los retos que teníamos al principio de este año 2020, no son los mismos retos con los que la iglesia va a terminar cuando este año se termine. Si nuestro discipulado reúne estas características adaptadas a las necesidades particulares de la iglesia local, creo positivamente que podremos sobrellevar mejor nuestras cargas actuales y proyectarnos hacia metas realistas y que cumplan las necesidades de la población a la que nuestra visión y misión como iglesia va dirigida.

Nunca dejar de aprender y cultivarnos como ministros, lideres e hijos de Dios es no solo una necesidad si no un deber si queremos ser particularmente útiles en las manos de Dios.

Cultivar el don que Dios nos ha dado es parte de ser un siervo prudente y bueno para el reino de nuestro Señor, es necesario dejar un legado que continúe lo que un día empezamos, hay otros que vienen después de nosotros, y así como nosotros nos establecimos en los fundamentos de otros que pagaron el precio en términos de tiempo y dinero, aun hasta con su propia vida, es nuestro turno de dejar huella en un momento tan estratégico para la iglesia y la sociedad.

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